“No pensé que iba a reírme en el Teatro Colón. Me sorprendió”, dice el referente en el diseño latinoamericano y director de arte Alejandro Ros, reconocido por su capacidad para captar la esencia de la música y plasmarla en imágenes que combinan simplicidad y simbolismo.
Sus diseños suelen ser provocadores, conceptuales y a menudo cargados de humor e ironía. Gustavo Cerati, Juana Molina, Fito Páez y Luis Alberto Spinetta, son algunos de los artistas que requirieron su colaboración.
“No es mi primera vez en el Colón –aclara Ros- sobre su experiencia con Orfeo en los infiernos– aunque no me gusta la ópera ni tampoco el teatro. Me gusta venir porque me atraen las puestas que rompen con lo que hay que hacer. La música clásica no es mi universo, pero me gusta escuchar Debussy, Ravel y Satie».
Y agrega: «Me pasa que la música me distrae mucho y dejo de prestar atención a lo que está pasando. Se me pierde la cabeza. Me pasa con la música en general. En la relación música/texto, gana la música siempre; a las letras no les doy nada de bola. Puede haber una frase que me guste, pero no voy ahí”.
-Espero que la experiencia no te haya resultado tediosa.
-Para nada. Feminismo, zoofilia (escena de Euridice con Júpiter, transformado en mosca, que quiere tener sexo con ella), una puesta que es cero machirula, gay friendly y feminista, y muy dinámica. ¡El momento Cronenberg, con la cita a la película La Mosca, es sorprendente!
En primer lugar, no te esperás que en una ópera aparezca una mosca, tampoco la referencia a la película de Crononberg. Eso es muy bueno. Y el repelente Off gigante, con diseño retro, que mata a las moscas en el ballet, es espectacular. Es muy bueno que haya elementos de actualidad, te acerca la obra. Eso no pasaba en Madama Butterfly que vi en Paris, con una puesta extraordinaria de Bob Wilson.
-Contame sobre esa experiencia.
-Estuve en París este año, quería conocer la ópera Gaernier y le pedí a una amiga que vive allá que sacara cualquier cosa, no importaba qué porque lo que me interesaba ir a conocer el teatro. Pero mi amiga se equivocó y sacó para la Ópera de la Bastilla, con Madama Butterfly. Me resigné. Cuando me siento, fila 6, la persona de adelante abre el programa y ahí me entero que la puesta era de Bob Wilson. Terminé viendo algo que deseaba ver. ¡Soñaba con ver algo de Bob Wilson! Se me cayeron las medias.
-¿Qué te atrajo de esa puesta?
-La luz. Plano de luz atrás, y sólo las caras iluminadas. Era increíble, una puesta muy minimalista, y la música tiene ahí un protagonismo intenso en medio de esa puesta tan despojada. Otra cosa que me gustó de la puesta de Bob Wilson es el movimiento de los actores. Se mueven como autómatas, todo es muy preciso. Nada que ver con el movimiento de esta obra de Offenbach.
-Claro, es otra la historia que se cuenta, atravesada por el humor. A propósito, está muy arraigada la creencia que no se puede hacer algo así con el humor, ¿no?
-¡¿Qué es esa idea?! Disfruté de la misma manera Madama Butterfly y esta obra. Pero es cierto que el humor no tiene buena prensa, se lo considera como algo menor. A mí me conmueve, me encanta, las dos cosas las disfruto. Y si se juntan las dos, ¡mejor!. Esta opereta sería considerada como algo menor, ¿no? Porque la ópera no tiene humor, es seria.
-Hay ópera cómica, con sus convenciones propias. Pero esta opereta no responde a esas convenciones, ni a ninguna otra. Es más anárquica, sin la unidad aristotélica de unidad de tempo, lugar, acción. Es un humor bastante moderno, medio Dadá y lisérgica por momentos.
-Claro, y todo lo que faltaba para que apareciera el movimiento Dadá. Los dioses del Olimpo decadentes es una visión moderna contra la autoridad, ¿no? También la cuestión contra el matrimonio es bastante avanzado para el siglo XIX. Orfeo, que hechizaba a dioses, hombres y a la misma naturaleza, acá es un boludo. Su esposa Euridice no lo aguanta. Es medio feminista también, porque ella es más empoderada y tiene más protagonismo en la obra que él. Por otro lado, con el contexto actual político tan delirante en todos lados, que se programe esta obra está diciendo algo.
-Estoy de acuerdo. El humor tiene la capacidad de llega al pensamiento crítico con más efectividad que cualquier otra cosa.
Sí, es cierto.
La primera vez
-¿Te acordás la primera vez que fuiste al Teatro Colón?
-No, pero te puedo contar esta anécdota. A mí me gusta ir a bailar. Las discotecas se cierran a las 6 de la mañana, pero hay otros lugares que abren a las 7, si querés seguir bailando. Son los after. Cerca de mi casa, en el centro, habia uno. Así que me leventé a las 7, fui, y después, domingo al mediodía, había unos conciertos en el Teatro Colón que eran gratuitos. Me fui del after al Colón; creo que tocaron Ravel. Todo sin solución de continuidad. Fue inolvidable.
-Tu mamá era bailarina clásica, ¿no?
-Sí. Mi mamá era directora del ballet en Tucumán. ¿Y qué es el ballet? Personas disfrazadas bailando. ¿Y qué hago yo? Baile de disfraces. Cuando descubrí eso, me sorprendió.
-¿Te gustaron las partes de baile de la obra?
-¡Sí! Y me gustó que no era muy preciso el baile, porque tiene que ver con lo que está planeando la obra. Me gustaron los demonios bailarines que salían de abajo del escenario y tiraban papel picado.
-¿Y qué te parecieron los cuadros que se arman con la escenografía, el vestuario y la iluminación? Hay un trabajo muy unificado ahí.
-Sí, son como cuadros. Me gustó. La escenógrafa un poco old fashion pero está bien para esta historia. Funciona bien. La iluminacion también. La luz es la materia más alucinante, lo que más me emociona. James Turrel, que es un artista que trabaja con la luz como materia prima, es alucinante lo que hace. Se compró un cráter en un desierto, creo que en Los Ángeles, y está haciendo una obra que es una instalación con luz.
-¿Qué te pasa cuando escuchás una orquesta en vivo?
-Me encanta. Además, en el Teatro Colón se escucha espectacular. Es como una tersura el sonido. Pero en la obra no escuchaba bien todo el tiempo lo que hablaban.
-Puede ser por la amplificación, aunque sutil, que por momentos se creaba un efecto de bola sonora. Es interesante que, aunque no te interese principalmente la música clásica, te acercás a este mundo. Tal vez te gusta la música clásica más de lo que creés. Como sea, te acercás al género lírico desde otros lugares.
-Sí, claro. Me gustan la escenografía, las luces y el vestuario. Aunque no me guste la ópera, me atraen muchos de sus elementos. Ir al Teatro Colón también es parte de la experiencia: el café del teatro es otra obra. ¡Personajes vestidos de gala! Es como otra puesta en escena para mí y me parece fascinante.
-Hay que decir que vimos a alguien en ojotas y bermudas también.
-Sí, es cierto. La persona que escuchamos en los pasillos diciendo “La gala ha fallecido” estaba en lo cierto. Si no falleció, al menos está en un estertor. Me encantó. Sino todo es muy uniforme. Por eso no me gustan tanto las discotecas gay. Ahí todos son iguales, y todo muy hegemónico.
-¿Qué le dirías a las personas que nunca se acercaron al Teatro Colón?
-Les diría que no vayan sólo con la idea de que van a ver una ópera. Es más integral la experiencia de ir a Teatro Colón: el edificio, la entrada, el bar, la orquesta, el público. El público es otra obra para mí, me fascina tanto como los que está en el escenario. Esta fue para mí una experiencia, y una experiencia realmente sorprendente.
Ficha técnica
Orfeo en los infiernos, opereta en cuatro actos de Jacques Offenbach, con libreto de Crémieux y Halévy
Dirección musical: Christian Baldini
Dirección de escena: Pablo Maritano.
Diálogo y versificación: Gonzalo Demaría.
Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez.
Vestuario: María Emilia Tambutti.
Iluminación: Verónica Alcoba.
Diseño de video: Matías Otálora.
Coreografía: Carlos Trunsky.
Orquesta Estable. Coro Estable del Teatro Colón, dirección: Miguel Martínez.
Principales intérpretes: Natale (Orfeo), Mercedes Arcuri (Eurídice), Santiago Martínez (Ariste / Plutón), Eugenia Fuente (La Opinión Pública), Ricardo Seguel (Júpiter), Víctor Torres (John Styx), María Castillo de Lima (Diane), Daniela Prado (Cupidon), María Savastano (Junon) y elenco.
Función: estrenó el jueves 7. Repite martes 12, miércoles 13 y jueves 14, a las 20; domingo 10, a las 17.