18 C
Santa Fe
martes, abril 22, 2025

El Papa futbolero: su amor por San Lorenzo, la colección de camisetas y el llamado a Dilma en el mundial

Noticias Relacionadas

El amor de Jorge Bergoglio por el fútbol es otro de los costado que lo volvió un carismático y popular. Porteño del barrio de Flores e hincha fanático de San Lorenzo, el Papa hizo de la redonda otra faceta diplomática. 

Bergoglio es socio de San Lorenzo y hasta 2008 tenía la cuota al día. Con su ascenso papal se volvió uno de las figuras globales del club de Boedo junto con el actor Vigo Mortensen y sus referencias al club fueron constantes. Inclusive, en uno de los discursos en el que deseó sus buenos augurio a toda la población mundial llegó a pedir «que gane San Lorenzo». 

El comienzo de su papado coincidió con dos logros importante del club al que fue hincha: el Torneo inicial de 2013 y la Copa Libertadores de 2014, la primera y única que San Lorenzo tiene en su vitrina. 

En varias visitas de periodistas deportivos como Diego «El Chavo» Fuks o Pablo González presumió saber de memoria los once titulares del campeón de 1946.  

El último líder 

«Vi casi todos los partidos en casa del campeonato de 1946, que ganaríamos pocos días antes de que yo cumpliera 10 años y, más de 70 años después, tengo presente a aquel equipo como si fuera ayer: Blazina, Vanzini, Basso, Zubieta, Greco, Colombo, Imbelloni, Farro, Martino, Silva y Pontoni», mencionaba de corrido en cada recuerdo de ese equipo que fue su favorito. 

Como pasaba con la actualidad argentina, Francisco estaba al tanto del andar de su equipo aunque reconoció que no miraba los partidos porque dejó de ver televisión en 1990. «Un guardia suizo me pasa los resultados», dijo con ironía en una entrevista.

Vi casi todos los partidos en casa del campeonato de 1946, que ganaríamos pocos días antes de que yo cumpliera 10 años y, más de 70 años después, tengo presente a aquel equipo como si fuera ayer: Blazina, Vanzini, Basso, Zubieta, Greco, Colombo, Imbelloni, Farro, Martino, Silva y Pontoni

Las apelaciones deportivas, algo que los futboleros hacen a menudo para explicar cualquier situación se volvió una marca registrada junto con el regalo de camisetas de todos los clubes del fútbol del planeta. Desde el Flamengo de Brasil hasta Paris St Germain pasando por la camiseta de todos los grandes de Argentinas o equipo del ascenso como Almirante Brown.

 El último gesto de Francisco a sus fieles, la aparición en la misa de Pascuas

Francisco se volvió un atractivo para el mundo futbolero porque conoció como nadie la idiosincrasia que se mueve alrededor de la pelota. Por eso, recibió a Diego Maradona, Lionel Messi, Ronaldinho y la lista sigue e incluye dirigentes de todo tipo, desde Daniel Angelici cuando era presidente de Boca hasta Pablo Moyano cuando era el vice de Hugo en Independiente. 

En una diplomacia que supo utilizar a la perfección para potenciar la relación con sus aliados, Francisco llamó a Dilma Rouseff en 2014 para «solidarzarse» luego de la catastrófica derrota contra Alemania 7-1, un papelón histórico que dejó a Brasil fuera de la final del campeonato que había organizado. 

«Presidenta, créame que yo habría rezado por Brasil, y no por Alemania, pero usted no me dejó», dijo Francisco según la nota que escribió el periodista Alfredo Ves para el diario La Nación en esa época. En la previa, en un encuentro en Santa Marta, el Papa había alertado al a jefa de estado brasileña: «No querrá que rece para que Brasil gane el mundial, ¿no?». 

Presidenta, créame que yo habría rezado por Brasil, y no por Alemania, pero usted no me dejó

Este característico perfil de Francisco hizo que por primera vez en la historia, un Papa tenga una colección de camisetas que ahora quedarán en el museo del Vaticano. 

Por la muerte de Francisco se suspendió la fecha del Torneo Apertura previsto para hoy y en San Lorenzo hablan de cambiarle el nombre al estadio, dos simples muestras de lo que significó el líder jesuita para el mundo del fútbol.

El fútbol y el deporte general también formaron parte del discurso social de la Iglesia, dado que lo considera un espacio para la integración social, la promoción de valores y la inclusión, especialmente para los jóvenes. 

En un razonamiento que lo aleja de los defensores de las Sociedades Anónimas Deportivas, ha criticado la comercialización excesiva del deporte por «priorizar el lucro sobre el bienestar de los participantes, y ha advertido sobre el peligro de que el deporte se convierta en una fuente de desigualdad y exclusión. 

En tiempos de Julio Grondona como presidente de la AFA y Bergoglio como Arzobispo de Buenos Aires, fue un férreo opositor a las apuestas deportivas y logró que esas empresas no desembarquen como sponsor del fútbol argentino. 

El amor por el fútbol le permitió adorar las multitudes a las que llamó a movilizarse y «hacer lío» y le dio un anclaje con lo popular que lo diferencia de manera notoria con sus antecesores y, probablemente, con sus sucesores. 

Últimas Publicaciones