En Estados Unidos, donde está de gira, Javier Milei dio este viernes un extenso discurso en el que elogió a sus ministros y repasó la política económica de su gobierno. En medio de su intervención en Washington, aprovechó para pelearse con el empresario Paolo Rocca. Lo apuntó como beneficiario de una prohibición que eliminó Federico Sturzenegger y aseguró: «Sacó a su ejército de econochantas a pedir devaluación y tratar de desestabilizar».
Milei habló este viernes en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Cuando iban 50 minutos de exposición, el Presidente destacó el trabajo de Sturzenegger en su tarea de desregulación. «Tenemos una relación simbiótica como con ‘Toto’ Caputo», lo elogió. Y entre sus medidas, recordó una en particular: la liberación de la exportación de chatarra.
La prohibición regía desde 2009, cuando Cristina Kirchner era Presidenta. La liberación de la exportación se confirmó a principios de enero y significó un nuevo capítulo de la pelea entre el Gobierno y el empresario Paolo Rocca, de Techint.
«No se podía exportar chatarra. Pero la chatarra tiene un precio. Quedaba en el mercado doméstico y estaba muy barata. Claro, eso beneficiaba a una empresa y perjudicaba a todas las empresas que tenían la chatarra», dijo Milei, que en todo momento evitar mencionar a esa compañía de la que hablaba.
«Eso no es muy a favor de la libertad. Entonces, ¿qué hicimos? Eliminamos esa regulación. Obviamente que ahora la chatarra tiene un precio de mercado», siguió el jefe del Ejecutivo.
Y volvió a aludir a Techint. «La empresa que se perjudicó es una empresa muy grande y sacó a su ejército de econochantas a pedir devaluación y tratar de desestabilizar el programa económico», concluyó ese pasaje.
El decreto que eliminó la prohibición de la exportación de chatarra fue el 1/2025, publicado el 3 de enero. En los papeles, autorizó la comercialización definitiva o temporaria de chatarra y residuos metálicos, para procesos productivos determinados o como producto de uso directo.
Además de Techint, se anticipaba que otras firmas del sector saldrían perjudicadas por esa medida, entre ellas Acindar y centenares de pymes. Desde esas firmas pronosticaban que, con la desregulación, quedarían en el país los residuos de peor calidad, que no pueden ser utilizados en los hornos de las pequeñas y medianas empresas. Así, para la producción de acero se tendría que acudir a hierro y carbón importados, lo que demandaría mayor cantidad de dólares ante la ausencia de la chatarra doméstica de mejor calidad, considerada un «recurso estratégico».
Milei, la destrucción del Estado como parásito y la salida del cepo cambiario
En otro pasaje de su exposición, el Presidente habló sobre el Estado, al que definió como un «parásito» al que están «decididos a matar». Además, se refirió escuetamente al cepo cambiario.
«El ajuste no fue recesivo porque cayó totalmente sobre el Estado. Cuando tienen un parásito en el cuerpo no tienen que matar al cuerpo sino el parásito. Estamos decididos a matar al parásito lo máximo posible», sostuvo Milei a la hora de evaluar positivamente las consecuencias de su programa económico.
También valoró el ajuste en el sector público, ya que -dijo- el ahorro en el gasto hace que la salida del cepo no sea necesaria para el crecimiento. «Es falso que necesitamos salir del cepo para crecer porque básicamente, dado el shock fiscal que cometimos, eso hace que haya muchísimo ahorro para financiar al sector privado», enfatizó Milei.
«El cepo es un mecanismo para aumentar artificialmente la demanda de dinero. Lo que está violentando es su conjunto de consumo», lanzó el libertario y puntualizó: «Los argentinos compraban dólares para pasar el consumo del presente al futuro, como una forma de reserva de valor. Los obligaban a tener pesos y eso aumentaba artificialmente la demanda».
Al criticar el concepto de justicia social, Milei consideró que se trata de «una aberración desde el punto de vista moral y como era de esperar va a generar malos resultados».
«¿Algunos de los que están acá esta a favor del robo? Veo que nadie. De hecho es un pecado, robar está mal. Implica un trato desigual frente a la ley ¿Alguien está a favor de que algunos sean premiados y otros castigados? ¿Hay alguien q este en contra de la igualdad? La justicia social implica un trato desigual frente a la ley. A uno se le roba su ingreso y se lo da a otro», interpeló el liberal.
En ese contexto, el Presidente afirmó que hay un «grave problema de incentivos» porque «el que genera la riqueza es castigado y el que patalea le dan dinero». Acto seguido, el mandatario completó: «El incentivo es patalear, quejarse y no trabajar, lo que genera un sistema de incentivos incompatibles con el progreso».
«También tiene consecuencias en la calidad de vida de la sociedad, pero no por su daño en lo económico sino por el daño en el vínculo entre las personas. Promover y potenciar una sociedad envidiosos hace que el clima dentro de la sociedad sea extremadamente hostil. La sociedad vive enfrentada por una supuesta lucha de clases y, en ese sentido, la calidad del vínculo es muy malo», puntualizó.
Al respecto, el libertario detalló: «La sociedad queda hiperpolarizada y lo que reina es el odio. Hay uno que produce la riqueza y se la roban, mientras que hay otro que dice que tiene derecho a apropiarse de la riqueza del otro. Entonces, es como si se viviera en una guerra permanente y todo por adherir a una mala teoría económica».
En una extensa explicación sobre el concepto de justicia social, el Presidente aseguró que implica una corrección por medio de «la garra del Estado» y retrucó: «La caridad no es a punta de pistola, tiene que surgir naturalmente. Esto solo lo puede resolver el mercado, pero ellos no creen en eso».
Además, el Presidente aprovechó su intervención en el BID para poner en valor «800 reformas estructurales» que puso en marcha su gestión y se comparó con el gobierno de Carlos Menem. «Si fue el mejor gobierno de Argentina, que tuvo reformas estructurales y un programa de estabilización exitoso como la convertibilidad, nosotros ya llevamos en solo un año y con 15% de la Cámara de Diputados y 10% de la Cámara de Senadores, hicimos una reforma estructural ocho veces más grande y, además, armamos un programa de estabilización exitoso».
«Más exitoso que el de la convertibilidad porque hoy tenemos mejores términos de resultados. En términos de inflación en dólares, estamos en deflación, sin haber caído en una hiperinflación previa, sin haber expropiado, sin controles de precios, sin controlar el tipo de cambio y, además, reconstituyendo tarifas», puntualizó.
Al retomar la idea de que su gobierno es «el mejor gobierno de la historia», Milei aclaró que no se trata solamente de un mérito propio. «Es por el mérito de los enormes ministros que tengo. Estoy orgulloso de cada uno de ellos por la tarea enorme, donde lo único que tengo que hacer es fijar el rumbo, pero esos instrumentan que son un placer», subrayó.
«Todo lo que no esté en el digesto, se elimina»: Milei explicó el nuevo paso de la motosierra en el Estado
En el tramo final de su discurso, el libertario detalló que están proponiendo que «cada ministerio haga un digesto de lo que usa» en un tiempo de 30 días. «Todo lo que no está en el digesto se elimina. ¿Por qué? Porque ustedes se van a encontrar con que hay cosas que uno ni siquiera sabe que están. Solo sabe que está el beneficiario».
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La llegada de Milei al Banco Interamericano de Desarrollo
«En los primeros días de febrero, el ministro Sturzenegger me vino a visitar a la residencia de Olivos. Y entonces, él me manifestó que estaba sumamente preocupado por la lentitud con la que estábamos actuando. Y entonces, él me sugirió redefinir algunas áreas de legales para darle más dinamismo y agilidad a las reformas», recordó Milei.
«Fui e hice la cuenta de cuántas desregulaciones hizo en dos semanas. Dos semanas ¿Cuántas creés que hizo?. Estaba enojado porque la cosa estaba empastada: 65. En 15 días quitó 65 regulaciones y decía que vamos lento ¿Cómo no voy a estar feliz con mis ministros? Son todos una máquina de ganar libertad económica todo el tiempo», enfatizó.
A modo de cierre, Milei reiteró: «En la medida que se le pase la motosierra a las regulaciones, lo que estamos haciendo es no solo ganar libertad económica, sino que además estamos ganando crecimiento económico. No voy a claudicar con llevar el Estado a la mínima expresión y devolverle la libertad a todos los argentinos de bien hasta el último día de mi gobierno».