El salario mínimo, vital y móvil (SMVM) es tan pero tan mínimo – $ 322.200 brutos- que está por abajo del ingreso de los que cobran la jubilación mínima, más el bono, que suma $390.277,17. Y lleva a que sea insólito y haya quedado en el ridículo y no rija la garantía que el haber mínimo debe ser equivalente al 82% del SMVM.
Es que, si se aplicara la garantía previsional, el 82% del SMVM arrojaría $ 264.204 versus los $ 320.277 de septiembre, sin el bono. Como en el “mundo del revés”, el SMVM equivale aproximadamente al 80% del ingreso de los jubilados de haberes mínimos.
Lo que pasó es que, en la carrera de quien perdió más, el SMVM se deterioró más que la jubilación mínima. En lo que va desde la actual gestión de Javier Milei, «se registró una pérdida de alrededor de 30% en el poder adquisitivo del Salario Mínimo Vital y Móvil”.
Pero si a “la pérdida del SMVM sufrida durante este Gobierno se acumula con retrocesos previos, por lo que el salario mínimo se ubicó en agosto de 2025 en un nivel real que resulta 43,4% más bajo que en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos y 56,7% menor que noviembre de 2015”, señala un informe de CIFRA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina).
El salario mínimo – lo fija el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el SMV- incide en los trabajadores registrados mensualizados o jornalizados que cobran menos del salario mínimo mensual o por hora. Y de manera indirecta como referencia sobre los trabajadores no registrados o informales que comprende a casi el 40% de los asalariados.
Los acuerdos sobre el Salario Mínimo que tuvieron lugar en esta gestión finalizaron sin acuerdo entre el sector empresario y los representantes de los trabajadores. Como resultado, fue la Secretaría de Trabajo la que determinó los aumentos nominales –prácticamente equivalentes a la propuesta empresarial–, los cuales no sólo no buscaron recuperar el poder de compra perdido tras la devaluación, sino que incluso continuaron erosionándolo.
Además, determina que los que se jubilaron con 30 o más años de aportes (sin recurrir a las moratorias) tienen derecho a cobrar el 82% del SMVM. Pero esto no rige como se explicó antes.
El Informe de CIFRA destaca que:
- Si el salario mínimo no hubiese perdido poder de adquisitivo a lo largo de esta década, superaría actualmente los $ 740.000. Esta fuerte reducción ha debilitado la relación entre el salario mínimo y los salarios efectivamente pagados: representa en la actualidad menos de una quinta parte del salario promedio de los trabajadores registrados del sector privado.
- Tras este retroceso histórico, el valor real del salario mínimo es inferior al que rigió durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de Convertibilidad, cuando, como ocurre hoy, esta política había sido deliberadamente abandonada como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad en los ingresos.
- La comparación entre el salario mínimo y las líneas de pobreza y de indigencia revela una situación incluso peor que la del año 2001. En julio, una familia tipo (compuesta por dos adultos y dos niños) necesitó casi cuatro salarios mínimos para cubrir el costo de la canasta básica que determina la línea de pobreza
La ley de Contrato de Trabajo le asigna tres características al salario mínimo, vital y móvil. Es la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia por su jornada laboral. Debe asegurarle alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y cobertura previsional. Y debe ajustarse periódicamente de acuerdo a las variaciones del costo de vida.
La realidad marca que el actual SMVM no cumple ninguno de esos objetivos
SN
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