El precio del dólar cae 5% en todo agosto, pierde gran parte de la recuperación que tuvo el mes pasado y enciende de nuevo en la City un debate que está latente, respecto a si el tipo de cambio está, o no, atrasado en estos niveles, para poder ser competitivo.
El billete estadounidense mayorista hoy se ubica en el mercado oficial en torno a los $1.300, un nivel bastante inferior al máximo histórico de los $1.373 que alcanzó a fines de julio, aunque en todo el año sube 26%.
Por lo tanto, si bien en el 2025 «corre» más rápido que la inflación acumulada, que ronda el 18%, la cotización actual del dólar es, incluso, inferior a la que alcanzo a mediados del año pasado la divisa en el mercado libre, que es la referencia a tener en cuenta para comparar los datos previos a la eliminación del cepo cambiario para individuos del último abril.
Al mismo tiempo, las tasas de interés se encuentran muy elevadas desde hace varias semanas, con plazos fijos que pagan hasta 48% de tasa nominal anual (TNA), como forma de contener los pesos que quedaron «libres» del desarme de las LEFIs que tenían los bancos, para que no se canalicen a la compra de divisas y generen presión alcista en su valor.
En resumidas cuentas, los analistas consideran que el Gobierno está utilizando al dólar como «ancla» para que no se disparen los precios al consumidor, por lo que están alertando que existe cierto atraso cambiario.
Dólar: ¿hay atraso cambiario?
Las alarmas que encienden los economistas es que con la baja compra de reservas con recursos genuinos, por la elevada demanda de divisas para atesoramiento, importaciones y turismo, se está generando una tensión cambiaria que, por el momento y a corto plazo, la está conteniendo el nivel alto de tasas en pesos y las intervenciones oficiales en el mercado de futuros.
De hecho, en la plaza de opciones y futuros del Matba-Rofex se está negociando un dólar mayorista para fines de agosto de $1.317,5.
«El tipo de cambio se encuentra en niveles que todavía no son sustentables para un país sin acceso al crédito y cuyas reservas internacionales faltan recomponer. Es por ello que el Gobierno está realizando un torniquete monetario que exacerbó artificialmente las tasas de interés, con el fin de mantener contenido el tipo de cambio y los precios», resume Sebastián Menescaldi, economista y director asociado de la consultora Eco Go, a iProfesional.
Por su parte, Isaías Marini, economista de ONE618 (ex fondo Consultatio), suma a este medio: «En términos reales, el nivel actual del tipo de cambio es similar al de mayo de 2024 y un 17% mayor al de comienzos de año».
Más allá de estas cifras, considera que «no es un tipo de cambio suficientemente alto como para revertir el déficit de la cuenta corriente, pero sí para moderarlo. El problema es que los flujos financieros del sector privado se tornaron negativos hace algunos meses, y acá juega el ruido electoral».
En concreto, Marini advierte que el atesoramiento de divisas del sector privado supera los u$s4.000 millones mensuales, lo cual «dificulta en extremo la acumulación por parte del Tesoro sin sumar presión adicional al tipo de cambio».
Para concluir que hoy resulta «evidente» que, al menos transitoriamente, «el mercado no está cómodo con este nivel de tipo de cambio y por eso vemos al Gobierno convalidando tasas récord y al Banco Central operando fuertemente en futuros».
En este diagnóstico también coincide la economista Natalia Motyl, al afirmar que el dólar está «definitivamente está atrasado», en base a los últimos datos de comercio exterior, las dificultades de renovación de deuda (roll over), el ratio entre excedente de pesos y reservas del Banco Central, la necesidad del Gobierno de subirle los encajes a los bancos para que no sobren pesos y de aumentar las tasas de interés para calmar al dólar.
Al respecto, Federico Glustein, economista y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), suma: «En este contexto, con las tasas altas y una fuerte intervención oficial, el dólar tiene un cierto equilibrio porque hay liquidación y los pesos pagan por demás. Ahora bien, con una tasa normal, sin intervención directa o indirecta, el dólar está atrasado porque la demanda sería más alta, a sabiendas que hace un año, los dólares bursátiles estaban al mismo valor, mientras hemos pasado alrededor del 40% de inflación por encima».
En ello coincide Mauro Cognetta, analista financiero de Global Focus Investments: «Para mí, con las intervenciones que existen, no es un dólar genuinamente de mercado».
Por ende, la conclusión es que estos niveles de política monetaria, con encajes remunerados, corredor de tasas altas y licitaciones extra de Lecap, son para «contener un apetito por el dólar, que podría subir el valor por demanda».
Las diferentes referencias de cuál debería ser el precio del dólar ahora
Qué precio debería tener el dólar
En definitiva, los economistas consultados por iProfesional consideran que el actual tipo de cambio luce atrasado, y que se mantiene «tranquilo» solo por la intervención actual en tasas y mercados a futuros, para mantener el escenario actual, sin turbulencias, hasta las elecciones de octubre.
El interrogante que se plantea el mercado es qué decidirá hacer el Gobierno con el dólar después del proceso electoral, y si mantendrá las actuales bandas de flotación, implementadas en abril pasado entre los $1.000 a $1.400, que se actualizan a razón de 1% mensual.
«Creo que estos niveles de tasa le ponen un freno a la escalada del dólar, pero hay que ver luego de las elecciones cómo se acomoda. Esto es Argentina, y da la sensación que hasta las elecciones todo está en ´veremos´», opina Nahuel Bernues, CFA, asesor financiero y fundador de la Consultora Quaestus.
Por lo pronto, el último informe de FocusEconomics, donde releva a 40 economistas de bancos y consultoras nacionales y extranjeras, proyecta un consenso de tipo de cambio de $1.394 para fin de año.
Pero en el mercado futuros, se opera una cotización estimada para fines de diciembre de $1.505, un incremento esperado de 45,8% para todo el 2025.
Ahora bien, el precio actual del dólar mayorista, en torno a los $1.300, se considera atrasado.
De hecho, una de las referencias de tipo de cambio real multilateral fijado de «Competitividad» por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el presente se ubica en torno a los $1.600.
O bien, el tipo de cambio real (TCR) del inicio del plan del ministro de Economía Luis Caputo, da una referencia actual de $2.254.
«Creo que un dólar a $1.300 es un nuevo piso que el mercado está validando, como en su momento fue el de $1.200. Si se lo compara contra la inflación de los últimos 12 meses se no está tan lejos. El tema acá es que los valores actuales están influenciados por las tasas altas, que parecieran no ser normales, y la intervención de los contratos futuros de dólar. Por lo cual, asegurar que este es un precio de equilibro es un tanto difícil», reflexiona Andrés Salinas, economista e investigador de la Universidad de La Matanza (Buenos Aires).
En tanto, Glustein considera que el valor del dólar mayorista, si quedara libre de toda intervención, «debería estar entre los $1.370 y $1.450 estabilizado».
Un nivel muy similar lo proyecta Motyl, ya que calcula que hoy el tipo de cambio tendría que estar más cerca de los $1.400, «por lo que si el Gobierno afloja la política monetaria, o no logra renovar deuda en la próxima licitación, presionará al alza al valor que tiene en el mercado».
Es decir, estos últimos valores coinciden con la cotización actualizada de la salida del cepo cambiario de 2015, que hoy arroja un valor en torno a los $1.390.-