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sábado, agosto 9, 2025

Sebastián Fundora, el campeón que posterga los millones de dólares por su ingreso a Harvard

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A Freddy Fundora, como a todo buen cubano luchador por el progreso de su familia en el desarraigo norteamericano, le importó algo más trascendente que inculcar a sus hijos la cultura caribeña en el extranjero. Fue más allá del amor por los mambos de Pérez Prado o el “azúcar” de Celia Cruz: se esforzó por transmitirles tres conceptos básicos para triunfar y sobrevivir en este mundo: disciplina, educación y respeto.

Freddy, padre de los campeones mundiales Sebastián -titular mediano junior (CMB)- y Gabriela -campeona unificada del peso mosca-, ambos nacidos en Estados Unidos, habla muy poco y casi no participa de las conferencias promocionales de las peleas de sus hijos. Sin embargo, alguna vez dijo: “Mi mayor acierto en este país fue cambiar de hábitos y de costa. Pasar del Este al Oeste y afincarnos en California; sobre todo en la ciudad de Coachella, de 40.000 habitantes, en el valle de River Side, a dos horas por carretera Los Ángeles. Allí, mis chicos tuvieron un cambio de mentalidad llamativo y un crecimiento intelectual muy grande que los llevó a consagrarse en lo que hacen. Ese el gran mérito de mi vida”.

Sebastián Fundora tiene 27 años, mide 1m97 y pesa 69.850 kg. Es un gigante para el boxeo en cualquier categoría y su estructura lo llevó al apodo de “Torre infernal”. Ganó rápidamente la corona mundial, pero un inesperado y furibundo KO que le propinó Brian Mendoza lo dejó sin nada y con grandes interrogantes.

Se recuperó cuando nadie lo creía y en una de las peleas más sangrientas de la historia recuperó el cetro ante el australiano Tim Tszyu, a quién doblegó categóricamente en el desquite, en su última pelea el 19 de julio pasado en Las Vegas.

La gran sorpresa estuvo dada cuando tomó el micrófono y declaró: “Ha sido una semana increíble. He vencido a Tim, mi clásico rival, pero lo más importante es que aprobaron mi ingreso a la Universidad de Harvard, mi aplicación estuvo correcta y esta notificación es tan valiosa como mi victoria en el ring.”

Sebastián Fundora, mucho más que un boxeador que gana títulos

Fundora invirtió gran parte de sus ganancias en tierras rurales de California. Se supo, además, que Ingeniería será su carrera a seguir. En una reciente visita a México, los hermanos Fundora participaron del ciclo cultural promovido por el Consejo Mundial de Boxeo: “Escríbele una carta a tu campeón favorito”, con el fin de fomentar la escritura manual y caligrafía de los alumnos primarios”. Y sus mensajes fueron muy valiosos en esa ceremonia.

El gran dilema del momento en la industria pugilística es saber qué ocurrirá con su futuro enfrentamiento con su compatriota Keith Thurman, en donde no sólo estará en juego su título sino la bolsa más jugosa de su carrera. Superior al millón de dólares, según nos anticipó su manager Sampson Lewkowicz.

Sebastián ganó 23 combates (15 KO) y perdió solo uno. Vivió tres meses en la Argentina en 2017 e hizo dos peleas –una en Uruguay- bajo la dirección de Darío Fernández. Se hospedaba en Lanús y siempre destacó dos cosas: “La amabilidad de la gente y la violencia de los asaltos a los ancianos que veía por TV”.

Es simple y sencillo. Pocas palabras. Humilde y con una cuenta bancaria sólida. Sigue usando sus viejos anteojos de lectura que lo intelectualizan y le quitan la fiereza del campeón del mundo. ¡Poco importa todo esto! El viejo Freddy no se equivocó: debían cambiar de rumbo para crecer y pensar a lo grande. Más allá del ring y los millones: ¡Harvard espera al alumno Sebastián!

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