«Zangi ha llevado la seguridad a un nuevo nivel. Con un sistema de cifrado de tres capas, supera a los mensajeros masivos. Los servidores de Zangi no tienen comunicación con los usuarios, lo que les permite resistir cualquier ataque de hacker, anunciantes o del gobierno».
Más claro imposible.
En tiempos en los que el común de los mortales usa WhatsApp o a lo sumo Telegram, existen otras apps de mensajería mucho más sofisticadas que ofrecen, entre sus beneficios comerciales, eludir investigaciones gubernamentales o judiciales.
Ese es el caso Zangi, de origen armenio con sede en Silicon Valley, San Francisco, California: no sólo ofrece cifrado nivel militar sino que ni siquiera precisa el número de teléfono del usuario, al que le da un código.
Aunque no es conocida popularmente en Argentina, hace al menos un año que Zangi viene apareciendo en causas contra bandas de crimen organizado. Los especialistas sostienen que en Latinoamérica la empezó a usar el Tren de Aragua, que nació en las cárceles de Venezuela y se convirtió en un grupo criminal transnacional con expansión en países de la región como Colombia, Perú, Bolivia y Chile.
Zangi fue detectado en Argentina en la organización narco rosarina que maneja Matías Gazzani (29), jefe de la banda de Los Menores, prófugo desde febrero de 2024. Gazzani hoy pisa fuerte en Rosario en asociación con Esteban Lindor Alvarado –alojado en el sistema de Alto Riesgo de Ezeiza– y una facción que rompió con Los Monos, liderada por Leandro Vilches (38) y Pablo Camino (30), ambos presos.
La primera pista de que la banda de Los Menores usaba Zangi surgió en diciembre pasado cuando cayó Lisandro «Limón» Contreras (33) que se estaba «escondiendo» en el barrio privado San Sebastián, ubicado a metros de la autopista Panamericana, en el límite entre Pilar y Escobar. La mano derecha de Gazzani había llegado al country en septiembre de 2024 y pagado 25 mil dólares cash por adelantado por una casa.
Durante el operativo en San Sebastián le secuestraron teléfonos y por eso se detectó que «Limón» se manejaba pura y exclusivamente a través de la aplicación Zangi. Poco después los fiscales de Rosario Luis Schiappa Pietra y Georgina Pairola confirmaron este dato al detener a Alejandro Vázquez y Alejandro «Cani» Zamudio por el crimen de Andrés «Pillín» Bracamonte, histórico capo de la barrabrava de Rosario Central, hoy en poder de la triada Los Menores / Alvarado / Vilches – Camino.
En su imputación del 27 de marzo contra Zamudio y Vázquez los fiscales resaltaron el uso de la app armenia en la banda de Los Menores comandada por la dupla Gazzani/ Contreras.
«¿Qué se pudo demostrar respecto de Lisando Contreras? Que no utilizaba, por ejemplo, WhatsApp y por supuesto no realizaba llamadas telefónicas. Utilizaba una aplicación en la que se comunicaba él mismo con su gente, denominada Zangi», explicó Pairola y linkeo el dato con Zamudio.
«¿Qué usaba el señor Zamudio al momento de ser aprehendido y al momento de secuestrársele su teléfono celular?, precisamente la misma aplicación Zangi». Además en una serie de allanamientos realizados en la Provincia de Buenos Aires en busca de Gazzani «se secuestraron todos los teléfonos del entorno del señor Matías Gazzani y todos ellos utilizan la aplicación Zangi».
Con un código que reemplaza el numero telefónico, los números Zangi comienzan con 871, tienen 12 dígitos y se generan aleatoriamente al registrarse. Se puede compartir este número con los contactos incluso si no tienen el número de teléfono principal. Además la app no tiene ningún tipo de acceso a los contenidos (fotos grabaciones, llamadas) de los usuarios. Una vez borrado el contenido, es irrecuperable además de que no se puede compartir.
Por todas estas características Zangi ha sido encontrado en todo tipo de maniobras criminales. Según CNN la app fue usada por Irán para reclutar en grupos cerrados a adolescentes en Suecia y usarlos como sicarios contra objetivos israelíes.
En Ecuador fue informado el uso de Zangi en una mega red de corrupción desbaratada entre diciembre de 2023 y marzo 2024. En al menos dos operativos –bautizados como «Metástasis» y «Purga»– se detectaron infiltraciones del narcotráfico y crimen organizado en la Justicia y la Política. Todo se negociaba a través de Zangi.
Incluso lo mismo paso con la fuga del capo narco colombiano Carlos Rodríguez Agudelo (55, alias Zeus, capo de los Urabeños) quien en 2024 –tras su fuga de la estación de policía de Cúcuta logró ocultarse durante meses usando la app armenia.
MG