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domingo, julio 27, 2025

Ucrania. El ataque de Zelenski a los organismos anticorrupción desata las mayores protestas desde el inicio de la agresión rusa

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Las protestas masivas en Ucrania comenzaron el 22 de julio de 2025, inmediatamente después de que el presidente Volodímir Zelenski firmara de forma casi instantánea el proyecto de ley n.º 12414, adoptado con igual celeridad por la Rada Suprema, que en la práctica liquida la independencia de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y de la Fiscalía Anticorrupción Especializada (SAP).

Ya el 23 de julio de 2025, las protestas callejeras se extendieron a numerosas capitales regionales de Ucrania, y en Kiev se celebró una manifestación de protesta de una magnitud no vista desde el Maidán de 2014. Los responsables de la NABU y de la SAP agradecieron públicamente a todas las personas que salieron a las calles. En Kiev, más de 1.200 personas se congregaron en la Plaza Iván Frankó exigiendo que el presidente Zelenski vetara la ley. Es importante subrayar que estas protestas se desarrollaron en todo el país pese a la prohibición oficial de este tipo de manifestaciones, vigente desde el inicio de la invasión militar a gran escala de Rusia en 2022.

¿Qué son la NABU y la SAP?

La Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y la Fiscalía Anticorrupción Especializada (SAP) son dos órganos extraordinarios de aplicación de la ley que fueron creados en 2015 tras la victoria del Maidán y bajo presión de los socios occidentales del nuevo gobierno prooccidental de Ucrania. El FMI, el Banco Mundial, la Unión Europea y Estados Unidos condicionaron directamente su ayuda financiera a Ucrania a la creación y funcionamiento de instituciones anticorrupción, incluyendo la NABU y la SAP. En particular, el lanzamiento de la NABU fue una exigencia clave para recibir tramos del FMI y ayuda macro financiera por parte de la UE.

La NABU recibió competencias para investigar delitos de corrupción de forma independiente, identificar a corruptos entre los altos cargos ucranianos y trasladar los casos a la SAP para su procesamiento judicial. Lo particular de estos órganos era que su dirección no era totalmente nombrada por las autoridades ucranianas: la mitad de la comisión encargada de elegir a sus directores era designada con el visto bueno o la recomendación de socios internacionales, principalmente ONG internacionales que terminaron ejerciendo una influencia decisiva en las prioridades y orientación de estas instituciones.

Cabe destacar que las organizaciones internacionales que más influyeron en la NABU y la SAP eran afines al Partido Demócrata de EE.UU. y a uno de sus principales financiadores, el magnate George Soros. Desde 2015, estas entidades han podido presionar directamente a la élite política ucraniana en función de sus propios intereses. Cuando las autoridades ucranianas intentaban actuar con independencia o favorecer a la oligarquía local, la NABU y la SAP respondían atacando judicialmente incluso a los más altos cargos del Estado. Pero si el gobierno ucraniano no chocaba con los intereses de sus «socios occidentales», el filo de las investigaciones se desdibujaba.

Desde luego, que haya órganos clave de la justicia ucraniana que no están bajo control directo del Estado soberano plantea muchas dudas. Estos mecanismos de “tutela externa” violan el principio mismo de soberanía nacional y los fundamentos constitucionales del poder popular. La clase dirigente ucraniana surgida del Maidán se vio obligada a aceptar esta humillación debido a su extrema dependencia de la ayuda financiera y económica del bloque occidental.

Sin embargo, en una situación de corrupción endémica en la administración ucraniana, la existencia de la NABU y la SAP jugó un papel relativamente positivo, al menos como un freno parcial al apetito de los funcionarios. A menudo lograron llevar hasta el final investigaciones incluso contra figuras del más alto nivel de la clase dominante ucraniana.

Durante la presidencia de Petro Poroshenko, fue la NABU quien abrió resonantes casos de corrupción contra su círculo más cercano: el caso “Ukroboronprom” (corrupción en la industria de defensa), la venta de la empresa “Leninska Kuznia”, el suministro de combustible de la empresa “Trade Commodity” y la interferencia en la selección de jueces del Tribunal Supremo. Estos casos contribuyeron significativamente al desplome de la popularidad de Poroshenko y su derrota en las elecciones de 2019.

¿Por qué Zelenski decidió atacar a la NABU y la SAP?

A pesar de numerosos intentos, ni Zelenski ni su Oficina Presidencial (dirigida por Andriy Yermak) lograron someter a la NABU y la SAP a su control total. Aunque controlan completamente al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), la Fiscalía General y la Oficina de Investigaciones del Estado (DBR), no podían frenar las investigaciones de la NABU contra sus aliados más cercanos.

Recientemente, detectives de la NABU han abierto casos contra personas muy próximas a Zelenski, como el viceprimer ministro Oleksiy Chernyshov, quien tuvo que abandonar temporalmente el país en espera de garantías. El director de la NABU, Semen Kryvonos, denunció públicamente presiones del gobierno en esta investigación. También se preparaba una acusación contra Timur Mindich, copropietario de la productora “Kvartal 95” y señalado por la prensa como “el hombre del dinero de Zelenski”.

Ante esta amenaza directa, Zelenski optó por anticiparse. Como se ha dicho, el mayor control sobre la NABU lo ejercen organizaciones vinculadas al Partido Demócrata de EE. UU. y a Soros. Es probable que Zelenski no se hubiera atrevido a este ataque sin el visto bueno tácito de Donald Trump, con quien ha vivido un reciente acercamiento. Trump está interesado en debilitar la influencia de sus adversarios políticos dentro de Ucrania. Durante décadas, el Partido Demócrata ha cultivado una red de organizaciones financiadas por USAID que han actuado como “sociedad civil” en Ucrania.

Antes del ataque a la NABU, el gobierno ya había lanzado una ofensiva contra uno de los referentes del entorno de Soros y del Partido Demócrata en Ucrania: Vitaliy Shabunin, presidente del Centro de Acción Anticorrupción (CAP). El DBR, controlado por Zelenski, lo acusó de evasión del servicio militar y fraude, mientras que Shabunin denunció persecución política. A pesar de que las acusaciones no parecen infundadas, resulta sospechoso que durante años de guerra no se haya actuado contra él, y solo ahora que critica abiertamente al entorno presidencial se haya desatado la represión.

¿En qué consiste la ley n.º 12414?

La nueva ley transfiere de facto el control sobre la NABU y la SAP a la Fiscalía General, lo que implica su subordinación política a la Oficina del Presidente. Las disposiciones más alarmantes incluyen:

  • El Fiscal General podrá acceder a todos los expedientes de la NABU y derivarlos a otros fiscales, influir en las investigaciones, firmar acusaciones y cerrar casos sin aprobación de la NABU o SAP;
  • El Fiscal General podrá emitir órdenes escritas obligatorias a los detectives de la NABU;
  • Tendrá la facultad de cerrar procesos penales contra altos cargos (Presidente, diputados, jueces, altos mandos militares);
  • Solo el Fiscal General podrá firmar acusaciones contra altos funcionarios, antes competencia de la NABU.

Y, quizá lo más grave: por primera vez se introduce una norma que anula de facto el derecho constitucional a la inviolabilidad del domicilio. Ahora bastará una supuesta “urgencia para preservar pruebas” para que un fiscal o investigador entre sin orden judicial. Esto es una nueva muestra del camino autoritario emprendido por el poder, escudado en la ley marcial.

Reacción de los “socios europeos” de Ucrania

Pese al silencio relativo de Trump y su entorno, numerosos funcionarios europeos condenaron con firmeza la decisión de Zelenski.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, expresó su preocupación en una conversación con Zelenski, recordándole que el Estado de derecho y la lucha contra la corrupción son condiciones irrenunciables para el ingreso en la UE.

Marta Kos, comisaria europea de Ampliación, calificó la ley como “un serio retroceso” y reiteró que la independencia de la NABU y la SAP es un criterio clave para la adhesión.

Guillaume Mercier, portavoz de la UE, afirmó que por ahora no se plantea suspender la ayuda financiera a Ucrania, pero que la transparencia y el respeto al Estado de derecho son pilares esenciales del apoyo europeo.

Declaraciones similares se escucharon desde el Parlamento Europeo y parlamentos nacionales de la UE.

¿Zelenski retrocede?

La situación se le fue de las manos a Zelenski y a Yermak. Esta vez, ni siquiera funcionó el habitual recurso propagandístico de acusar a la NABU y a la SAP de estar infiltradas por espías rusos, algo ridículo dada su creación y tutela occidentales.

En la noche del 23 de julio y durante el día siguiente, Zelenski emitió varias declaraciones buscando apaciguar la tensión. Afirmó “escuchar a la ciudadanía” y no ignorar el sentir social. Reconoció el derecho a manifestarse y prometió presentar pronto un nuevo proyecto de ley para garantizar la independencia de los organismos anticorrupción y reducir la influencia política sobre ellos.

Aunque aún es pronto para saber si estas palabras calmarán la protesta, es evidente que la oposición parlamentaria burguesa intenta subirse al carro. El 23 de julio ya se notó la movilización del partido de Poroshenko y de sectores afines al alcalde opositor de Kiev, Vitali Klitschko.

Sin embargo, la mayoría salió a protestar sin seguir consignas burguesas. Trabajadores y estudiantes están hartos de la corrupción, de la brutal desigualdad social en el contexto de la resistencia a la agresión imperialista rusa.

Es importante destacar que la “quinta columna” del imperialismo ruso no logró utilizar estas protestas para promover sus intereses ni debilitar la resistencia popular. Los provocadores prorrusos fueron inmediatamente aislados por los propios manifestantes.

Análisis socialista y nuestras consignas del momento

Nos son totalmente ajenos los intereses de las distintas facciones burguesas en disputa. Sabemos bien que la NABU y la SAP nunca fueron realmente independientes. Son órganos del aparato represivo burgués, puestos al servicio de diferentes fracciones de la clase dominante.

Su propia existencia es una expresión de la falta de soberanía de Ucrania y su estatus periférico en el sistema imperialista global. No apoyamos ninguna forma de “tutela externa” por parte de potencias imperialistas, sea el agresor militar ruso o los “socios” occidentales.

Pero como socialistas ucranianos, tampoco somos indiferentes ante la deriva autoritaria y el ataque a los derechos democráticos. El pueblo ucraniano tiene derecho a instituciones anticorrupción independientes y bajo control popular. Cualquier democracia burguesa es preferible a una dictadura burguesa. Esto es un principio elemental del análisis marxista. Como ha señalado la Liga Internacional Socialista, la bandera de las libertades democráticas hoy las defiende consecuentemente únicamente la izquierda.

Nuestras consignas del momento son claras para todos los trabajadores y jóvenes de Ucrania:

  • ¡Fuera las manos de la NABU y la SAP! ¡Viva la movilización obrera y estudiantil!
  • ¡NABU y SAP bajo control de las masas populares ucranianas, no de manipuladores extranjeros!
  • ¡Viva el control obrero y estudiantil sobre los órganos anticorrupción!
  • ¡No al tutelaje externo de Ucrania! ¡No al giro autoritario del gobierno!
  • ¡No permitiremos que el legítimo descontento popular sea utilizado por el imperialismo ruso!
  • ¡Viva la alternativa socialista y anticapitalista!

Por Oleg Vernik, Presidente del Sindicato Independiente de Ucrania “Zakhist Pratsi” – Liga Socialista de Ucrania

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