Hoy, a las 20, en el marco del Miércoles Santo, el arzobispo José Adolfo Larregain presidirá en la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario” la Misa Crismal que será concelebrada por todos los sacerdotes de la diócesis.
Esta celebración religiosa es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo (o arzobispo como es en este caso).
No obstante, durante esta mañana, los sacerdotes junto al Prelado compartirán, como todos los años, un espacio de oración y reflexión, y harán juntos adoración al Santísimo Sacramento.
Por la tarde, durante la celebración eucarística, Larregain bendecirá los sagrados óleos (el santo crisma y de los catecúmenos y de los enfermos) que su utilizarán durante todo el año para la administración de los Sacramentos. Además, todos los sacerdotes harán la renovación de sus promesas presbiterales.
El crisma está compuesto por aceite de oliva (que representa la fortaleza) al que se añade una pequeña cantidad de bálsamo (cuyo aroma representa el suave olor de la vida cristiana). En Corrientes, se usa un bálsamo con aroma de azahares que aportado por productores de la localidad de Bella Vista.
Es usado en el sacramento del bautismo y la confirmación. También en la ordenación de obispos y presbíteros (no de diáconos), la dedicación de las nuevas iglesias y del nuevo altar, que tiene que ser fijo y preferentemente de piedra. La unción con el crisma representa la plena difusión de la gracia.
Las actividades religiosas proseguirán el Jueves Santo, cuando monseñor José Adolfo celebrará la Misa de la Cena del Señor a las 20, durante la cual recordará el gesto de Jesús de lavar los pies a sus discípulos. En el templo habrá confesiones de 21 a 23.
Las visitas a las siete iglesias se realizarán mañana, a partir de las 8, partiendo desde Terrazas del Paraná, avenida Costanera y Thomas Edison.
En la Catedral, el Viernes Santo habrá diversas actividades litúrgicas. A las 10, se rezará el Vía Crucis de las Familias. A las 15, el Arzobispo presidirá la celebración de la Pasión del Señor. Habrá confesiones hasta las 21.
A las 19, se rezará el Vía Crucis de la ciudad en la avenida Costanera. Se iniciará frente a imagen de la Virgen Stella Maris y culminará debajo del puente General Belgrano.
A partir de las 21, la presentación del Vía Crucis viviente en la plaza Cabral. El Sábado Santo, se rezará a las 10, el Vía Crucis de la catequesis. La solemne Vigilia Pascual la celebrará el Arzobispo a partir de las 21. En el templo, el Domingo de Pascua, habrá misas a las 9, a las 11, a las 20 y a las 22.
Qué pasó el Miércoles Santo
Qué pasó el Miércoles Santo
Este día de la Semana Santa termina la Cuaresma, los cuarenta días en los que se prepara al espíritu con penitencia y ayuno para dar la bienvenida, el Jueves Santo, al denominado Triduo Pascual —los tres días clave del Año litúrgico, por el cual se celebra el misterio de la Pasión, de la Muerte y de la Resurrección del Señor y se da entre la tarde del Jueves Santo y la noche del Sábado Santo—.
Tal como afirma la Agencia Católica de Informaciones – ACI Prensa, este día recuerda la traición de Judas Iscariote, uno de los Apóstoles. Se trata de “la noche en la que el Iscariote se reúne con el Sanedrín, tribunal religioso judío, y pacta con sus miembros la manera de entregar a Jesús a cambio de 30 monedas”, afirma la ACI.
Este hecho es central porque pone en marcha el “plan para matar a Jesús”. Es por ello que muchos fieles se refieren al Miércoles Santo como “el primer día de luto de la Iglesia”.
¿Qué se celebra en cada uno de los días de la Semana Santa?
- Domingo de Ramos: como ya se mencionó, la Semana Santa empieza con esta celebración, por el cual se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén, cuando fue acogido por una multitud. Aquel día, el pueblo le dio la bienvenida aclamándolo y agitando ramas de olivo para saludar a quien consideraba “el hijo de Dios” o “el Mesías”. Es por eso que, en esta fecha, los feligreses suelen llevar ramas de este árbol a misa para que sean bendecidas y guardarlas, luego, en su casa el resto del año. Este siempre es el domingo anterior a la Pascua.
- Lunes Santo: es conocido como conocido el “Lunes de Autoridad” porque se conmemora cuando Jesús, en medio de días decisivos, revela en qué radica su autoridad sobre el género humano y toda la creación. Además, se recuerda la muerte infructuosa de la higuera, símbolo del juicio que caerá sobre quienes no den frutos de arrepentimiento.
- Martes Santo: en la Iglesia Católica se la llama “Martes de la Controversia” porque es un momento de preparación para el Triduo Pascual. En esta jornada se recuerda los momentos en los que Jesús tuvo que enfrentar a sus acusadores y a aquellos que tenían el poder de condenarlo.
- Miércoles Santo: es uno de los días más relevantes de esta semana porque se recuerda la traición de Judas contra Jesús. Este era uno de sus 12 discípulos y entregó al Hijo de Dios al Sanedrín, tribunal religioso judío, por 30 monedas. A partir de este momento, el plan para matar a Jesús está en marcha. Por esta razón, muchos se refieren al Miércoles Santo como “el primer día de luto de la Iglesia” o el “Día de la Traición”.
- Jueves Santo: se rememora la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, como gesto de despedida. Durante este encuentro, Jesús estableció la Eucaristía, al bendecir el pan y el vino, y decirles a sus apóstoles que por medio de estos elementos recibirían su cuerpo y su sangre. Al terminar, Jesús fue a rezar al Huerto de los Olivos para prepararse para lo que vendría. Allí lo fueron a buscar para aprehenderlo.
- Viernes Santo: este día se destina a la Pasión de Cristo, que llevó a su muerte en la cruz. Se acostumbra a rememorarlo mediante un Vía Crucis, que en latín significa “el camino de la cruz”.
- Sábado Santo: se trata del día entre la muerte y la resurrección de Jesús. Esta jornada está dedicada especialmente a la Virgen María, quien padeció la muerte de su hijo. Además, es un día de esperanza por la promesa que había realizado Jesús al decir “Al tercer día resucitaré de entre los muertos”.
- Domingo de Pascua: se recuerda el momento en que Jesús resucitó y, por ello, es la fiesta más importante para los cristianos. Las señales de este momento fueron el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.