El titular de Hacienda, para calmar el clima turbulento de los mercados, anunció que las negociaciones con el FMI iban a ser por un desembolso de U$S 20.000 millones. Horas después, la vocera del organismo de crédito relativizó los dichos de Caputo.
Las presiones en el mercado cambiario ya son inocultables para la gestión libertaria, por lo que el titular de Economía, Luis Caputo, en medio de una conferencia en un evento de seguros, aclaró que el desembolso por el cual se está negociando con el Fondo Monetario es de U$S 20.000 millones. Sumado a esto, según las declaraciones del ministro, también se agregarían nuevos acuerdos con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe), para fortalecer las reservas del Central.
Siguiendo con el discurso del presidente, el ministro aseguró, una vez más, que la finalidad de estos fondos a desembolsar es la de reemplazar las letras del Tesoro y no serían utilizados para intervenir en el mercado. A pesar de las palabras de Caputo, siguen existiendo muchos interrogantes sobre el destino de estos fondos.
Estas preguntas sin respuestas a la vista son una parte de los problemas que acarrea el gobierno. Pero, horas después de las afirmaciones de Caputo, la vocera del FMI, Julie Kozack, no le dio crédito al anuncio del ministro. En la conferencia de prensa del organismo, nada se dijo sobre el monto anunciado por el titular de la cartera de Economía. Solo se encargaron de aclarar que el acuerdo sigue en negociaciones y la entrega de divisas se realizaría en etapas. Declaraciones que podrían tirar por la borda los planes de Milei y su equipo económico.
Exposición completa del Ministro de Economía, @LuisCaputoAR, en la apertura de la XXIII Conferencia Anual sobre Regulación y Supervisión de Seguros en América Latina ASSAL-IAIS 2025. pic.twitter.com/A06mtP7k1O
— Ministerio de Economía (@MinEconomia_Ar) March 27, 2025
El anuncio de Caputo y las palabras del FMI
La sangría que viene mostrando el Banco Central en las últimas dos semanas obligó a Caputo a realizar este movimiento para dar una señal de calma hacia los mercados. En la conferencia, el Messi de las finanzas explicó lo siguiente: “Hablando ayer con la managing director del Fondo y comentándole estos temas le dije: ‘Como realmente pueden faltar algunas semanas hasta que puedas convocar al board y teniendo en cuenta los rumores… dado que se ha dicho que el FMI exigía devaluación, algunos hablaban de 30%, otros de 7%, que el acuerdo iba a ser de US$3000 millones, otros de US$5000 millones, dijimos que por lo menos estaría bueno decir el monto que nosotros hemos acordado y que el staff va a someter a la aprobación del board’ El monto que nosotros acordamos con el staff, que es en definitiva el board quien decide si se aprueba o no, es de US$20.000 millones. Es muy superior al monto que se viene escuchando de algunas personas en particular”.
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Las palabras de Caputo, como demostró el pasar de las horas, no venían con nada en concreto, a pesar de que haya afirmado que el anuncio era consensuado con Kristalina Georgieva. Según el ministro, esos 20 mil millones de dólares se están negociando, pero todavía falta la aprobación del board del Fondo. A esto último, la portavoz del FMI lo terminó de aclarar. Kozack afirmó que las negociaciones vienen muy avanzadas, pero la última palabra la tiene el directorio ejecutivo (board) del organismo. Y este será el encargado de diagramar de cuánto, de qué tamaño y cómo se desarrollarán los desembolsos.
El contenido de la conferencia de prensa deja tambaleando al ministro, que buscó sembrar tranquilidad en los mercados. El desarrollo de este escenario se encargará de demostrar si las declaraciones fueron improvisación o no. Pero, mientras tanto, faltan varias semanas para conseguir la rúbrica del Fondo y que el primer desembolso pueda dar algo de aire al oficialismo.
Un panorama complicado para Caputo y para el gobierno
En relación a la sangría que vienen sufriendo las reservas, en las últimas ocho ruedas, el Central vendió U$S1.361 millones, haciendo que marzo acuse una pérdida U$S1.479 millones. Y en lo que va del año, la merma de reservas es de U$S 3.361 millones. Este escenario es una de las fuentes de la intranquilidad expresada por el gobierno en las últimas semanas, por lo que la necesidad de acumular capital fresco para engrosar las reservas es una tarea urgente. Todo esto explica por qué lo apresurado de un anuncio que no contaba con la venia del Fondo Monetario, el cual, según voces en off, generó enojo en algunos directivos del organismo y puede traer consecuencias en los planes del gobierno.
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La conferencia del Fondo, además de relativizar las palabras sobre el monto anunciado por Caputo, felicitó al gobierno por el ajuste llevado a cabo, pero esto no disipa las presiones que rodean a los planes de los libertarios. Como aclaró Kozack, las negociaciones continúan y en ellas están incluidas las exigencias por la aplicación de nuevas políticas fiscales, monetarias y cambiarias. La eliminación del dólar blend, el uso de un régimen de bandas y la fijación de un piso mínimo para el precio del dólar continúan discutiéndose. Mientras que, al mismo tiempo, los dólares paralelos continúan en movimiento, ensanchando la brecha cambiaria, este comportamiento en el mercado termina abonando a que los importadores se apuren a vender y a que los exportadores no vendan, cuestión que complicaría al gobierno en su tarea de conseguir dólares.
Sin duda, el gobierno está complicado. Pero, por otro lado, la calma a la que buscó alimentar Caputo pudo haber sido, o fue, una señal para que algunos actores del sector económico y financiero se vayan acomodando. La imagen de una devaluación, producto de un dólar en flotación, se podría empezar a materializar, y eso hace semanas empezó a hacer mella en las actuaciones del mercado.
Frente a este panorama, no sería raro que parte del empresariado comience a maniobrar para multiplicar sus ganancias en medio de la crisis que produciría un proceso devaluatorio. Alejandro Bercovich, en la editorial realizada en su programa televisivo, dio a conocer cómo algunas empresas están convocando a asambleas para repartir dividendos entre sus accionistas. Es decir, repartir ganancias en pesos que se pueden dolarizar rápidamente en el mercado cambiario.
Caputo, ya en 2018, se encargó de que la plata del Fondo se fugue en los acuerdos que tenía con sus socios que le seguían el juego en la timba financiera. En esta ocasión, las declaraciones apresuradas sobre el desembolso podrían acarrear consecuencias.
En definitiva, a Milei y a todo su gobierno, con este escenario, se les podría complicar la posibilidad de llegar a las elecciones sin demasiados conflictos. Una devaluación los dejaría sin su único triunfo con el que todavía pueden ostentar alguna victoria: la inflación en descenso. Y todo esto se suma a la otra parte del combo de crisis por el que transita esta gestión, donde la calle ha sido una de las vías para demostrar los problemas políticos y sociales que acarrean los libertarios.
Lleguen de la manera que lleguen los desembolsos del Fondo, ninguno está dirigido a cambiar las cuestiones estructurales que resolverían los problemas de las mayorías. Todas estas discusiones únicamente se centran en definir con qué velocidad y con qué violencia el FMI podría aplicar su hoja de ruta, durante los diez años en que transcurriría el programa que se encuentra en negociaciones. Sin una ruptura de las negociaciones con el FMI y el desconocimiento de toda esa deuda ilegal, fraudulenta e ilegítima, no hay un panorama favorable para los trabajadores y los sectores populares.