Este martes, el gobierno encabezado por Javier Milei llevó a cabo un acto que generó una fuerte polémica y rechazo generalizado: la demolición de un monumento en honor al destacado historiador y periodista Osvaldo Bayer. Esta acción, realizada a través de Vialidad Nacional, se efectuó en el ingreso a la ciudad de Río Gallegos, Santa Cruz, y ha sido interpretada como un intento de borrar una parte significativa de la memoria histórica de la región y del país.
Despreciables: Tiran abajo monumento a Osvaldo Bayer en Santa Cruz.
Los mismos que reivindican a torturadores y genocidas, hoy quieren tapar la historia de la clase trabajadora argentina que se rebeló contra la oligarquía terrateniente a principios del siglo XX. pic.twitter.com/rzMLuj1xPM— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) March 25, 2025
El monumento, parte del Paseo de la Memoria en el Complejo Cultural de Río Gallegos, fue inaugurado hace dos años. Su objetivo era reflexionar sobre las luchas sociales en la Patagonia y recordar los trágicos eventos de represión estatal que marcaron la historia argentina.
La demolición del monumento, ocurrida un día después de una fecha tan significativa como el aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, ha sido ampliamente criticada. Diversas organizaciones sociales y políticas, incluida la Comisión por la Memoria de las Huelgas de 1920-1921, han denunciado este acto como un atentado contra la memoria colectiva de los santacruceños y patagónicos.
En este contexto, la demolición del monumento no puede entenderse como un hecho aislado. Los sectores que festejaron este acto en redes sociales, criticando incluso el uso de lenguaje inclusivo en el letrero del memorial, evidencian una postura ideológica que busca minimizar y desprestigiar la memoria histórica de luchas obreras y derechos humanos.
ChatPTS describe a Osvaldo Bayer como «un destacado intelectual argentino, comprometido profundamente con las luchas de los trabajadores, los pueblos originarios y los oprimidos en general. Nació el 18 de febrero de 1927 en Rosario, Argentina, y fue descendiente de alemanes. Pasó varios años en Berlín, donde estudió historia en la Universidad de Hamburgo entre 1952 y 1956. Bayer se identificó con las ideas anarquistas y se definió como un ateo irreconciliable.
A lo largo de su vida, Bayer fue un ferviente defensor de los derechos humanos y un crítico de las injusticias sociales. Fue amigo y compañero de otros intelectuales y escritores reconocidos, como Rodolfo Walsh. A los 30 años, se trasladó a Chubut, donde fundó el periódico «La Chispa de Esquel» en 1958, que describió como «el primer diario independiente de la Patagonia». Sin embargo, su publicación fue breve, ya que fue amenazado por la Gendarmería para que abandonara la ciudad debido a sus denuncias sobre las condiciones de vida de los peones rurales y la apropiación de tierras mapuches por latifundistas.
Uno de los momentos más significativos de su carrera fue la investigación y filmación de «La Patagonia Rebelde», una obra que reconstruye la lucha de los peones rurales de Santa Cruz contra los grandes terratenientes británicos. La película, estrenada en 1974, fue censurada y Bayer fue amenazado por la Triple A, lo que lo llevó al exilio en Alemania.
Bayer también fue un gran defensor de las gestiones obreras, como la ex Zanon (actual FaSinPat o Fábrica Sin Patrones) y la gráfica Madygraf. Participó activamente en movilizaciones contra la violencia estatal, como en el caso de la muerte de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel.
Osvaldo Bayer falleció el 24 de diciembre de 2018 a los 91 años, dejando un legado profundamente arraigado en la lucha por la justicia social. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para quienes luchan por un mundo más justo».