(Corresponsalía Buenos Aires) – La maquinaria libertaria de despidos sigue su curso y esta vez el turno fue para Eduardo Serenellini, quien dejó la Secretaría de Comunicación y Prensa del Gobierno. Oficialmente, se anunció como una renuncia “por razones personales”, pero en los pasillos de la Casa Rosada el runrún es otro: su salida habría sido forzada por Karina Milei, la hermana todopoderosa del Presidente.
El periodista Lautaro Maislin reveló detalles del trasfondo de la abrupta salida: “Alta fuente del Gobierno me confirma que ‘el jefe’ en diciembre ya le había dado un mes para que deje la oficina y lo tenía que hacer la semana que viene”. Es decir, no hubo margen para una salida elegante. Serenellini no renunció, sino que lo hicieron renunciar.
UNA LISTA CADA VEZ MÁS LARGA
El episodio de Serenellini no es aislado. Cuatro días atrás, otro funcionario caía bajo el mismo mecanismo. Rodolfo Barra, ex Procurador del Tesoro, también fue obligado a dejar su puesto. Mientras el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentaba instalar la versión de una renuncia, el vocero presidencial Manuel Adorni se encargó de aclarar que fue el Gobierno quien “le pidió la renuncia”.
Desde el inicio de la gestión de Javier Milei, el Ejecutivo ha demostrado que la estabilidad de los funcionarios es un bien escaso. La hermana del Presidente, Karina Milei, apodada “El Jefe”, es la encargada de ejecutar cada purga sin miramientos. No hay disidencia posible, y quien ose apartarse un centímetro de la línea oficialista, termina despedido de un día para el otro.
Mientras la gestión libertaria avanza a los tumbos, la Casa Rosada se ha convertido en una suerte de ring donde las patadas de Karina Milei siguen dejando heridos en el camino. ¿Quién será el próximo en volar por los aires?