Unas cincuenta personas, entre ellas cuarenta adultos y diez menores, fueron desalojadas el lunes de un edificio en construcción de 12 pisos, ubicado en la avenida Olazábal al 3.400, en el barrio de Belgrano. La medida fue ordenada judicialmente tras la usurpación del inmueble, que carecía de servicios básicos como luz y agua.
El operativo fue realizado por agentes de la Policía de la Ciudad desde las primeras horas de la mañana, en el marco de una causa por usurpación iniciada en 2022 y tramitada por la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Número 8, a cargo de Maximiliano Vence.
La orden de desalojo fue dictada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal, Contravencional y de Faltas Número 13, bajo la conducción de la jueza María Lorena del Moral.
Un relevamiento realizado por el personal del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ), junto con el Ministerio de Espacio Público y el programa Buenos Aires Presente (BAP), confirmó la presencia de 40 adultos y 10 menores en el lugar.
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El edificio, que cuenta con doce pisos y ocho departamentos por planta, estaba ilegalmente ocupado desde el primero hasta el quinto piso.
El secretario de Seguridad de la Ciudad, Ezequiel Daglio, celebró el resultado del operativo a través de sus redes sociales, donde compartió imágenes de los objetos retirados del edificio y de las personas dejando el lugar.
El operativo de desalojo se llevó a cabo sin incidentes graves, y las personas desalojadas, quienes fueron censadas previamente, lograron llegar a acuerdos particulares con los propietarios del inmueble y retirar sus pertenencias.
El edificio ocupado
El edificio, conocido por los vecinos como el «Elefante Blanco de Belgrano«, comenzó su construcción en 1962. Sin embargo, debido a problemas financieros de la empresa constructora, la obra quedó inconclusa y abandonada con el paso del tiempo.
Con el edificio desocupado, familias comenzaron a instalarse en el lugar, aprovechando su ubicación estratégica en un punto neurálgico de la Ciudad. «Vino un hombre que era el sereno, cuando la empresa quebró, llamó a su familia y de a poco fue viniendo cada vez más gente y lo habitaron de a poco«, relató Salvador, un vecino de la zona, en diálogo con C5N.
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Por su lado, Guido, otro residente del barrio de Belgrano, expresó: «Esto se agravó cuando se hizo el puente que une Olazábal con Superí, que antes estaba cerrado. Eso permitió que pasaran y aumentaran las situaciones de robos o hurtos que se producían en la zona«.
En 1972, el Estado adquirió el inmueble con la intención de destinarlo a viviendas sociales, pero el plan volvió a quedar inconcluso. Ya en 2022, otra desarrolladora inmobiliaria, aprovechando el auge de la construcción en la zona, adquirió la propiedad e inició un proceso judicial para desalojar a los ocupas, el cual recién se resolvió tres años después.
Inspecciones de Edenor y un descubrimiento ilegal
Recientemente, la empresa Edenor llevó a cabo una revisión en el edificio y detectó que las instalaciones eléctricas internas eran deficientes y estaban conectadas de forma clandestina. Por seguridad, se decidió interrumpir el suministro eléctrico.
Los especialistas constataron que las familias, al no contar con suministro eléctrico, utilizaban grupos electrógenos dentro de los departamentos, lo cual representaba un peligro debido a la emisión de monóxido de carbono por parte de estos equipos.
«Es algo muy peligroso, teniendo en cuenta que habían menores y gente mayor. El monóxido de carbono adentro de las casas puede ser mortal«, destacaron desde el ámbito judicial tras recibir el informe de la compañía eléctrica, que procedió a cortar las conexiones irregulares.
Durante el desalojo y la inspección realizada por efectivos de la División Contravenciones y Faltas Contra el Orden Público, se halló en el patio delantero una motocicleta que tenía un pedido de secuestro desde 2018. Además, un hombre fue imputado por desobediencia a la autoridad, luego de protagonizar un forcejeo con los agentes.