El gobierno, liderado por el presidente Javier Milei, ha presentado una denuncia por «traición a la patria» contra Oscar Laborde, exembajador argentino en Venezuela. Esta acusación surge en medio de un complejo contexto diplomático y político, marcado por la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo en territorio venezolano.
El cabo primero de la Gendarmería, Nahuel Gallo, fue detenido el pasado 8 de diciembre en un paso fronterizo entre Cúcuta, Colombia, y Táchira, Venezuela, mientras intentaba ingresar al país para visitar a su pareja y a su hijo, lo cual dejó muy mal parado al Gobierno.
Según el relato de su familia, las autoridades venezolanas confiscaron su teléfono y su equipaje, y lo trasladaron en un vehículo sin identificar. Desde entonces, su paradero ha sido incierto, y las autoridades venezolanas lo han acusado de espionaje.
El Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, presentó la denuncia penal contra Oscar Laborde, acusándolo de haber actuado en contra de los intereses nacionales al intervenir de manera no autorizada en el caso de Nahuel Gallo.
Según la denuncia, Laborde habría iniciado gestiones internacionales sin ningún tipo de autorización del gobierno argentino y habría contactado a la familia del gendarme para entregarle una carta a Gallo con la colaboración del gobierno de Venezuela.
Patricia Bullrich afirmó que las acciones de Laborde son «de una gravedad institucional inusitada», ya que buscan «perjudicar el rol del gobierno argentino en la protección del gendarme» y no son «una cuestión humanitaria», como quiere hacer creer el denunciado.
Acusación
Según Bullrich, Laborde actuó en contra de los intereses del país para sostener la justificación de la desaparición forzada de un nacional argentino, arrogándose facultades diplomáticas que solo pueden ejercer los representantes de la Cancillería argentina.
El exembajador argentino, nombrado durante el mandato del expresidente Alberto Fernández y exmilitante del Partido Comunista, ha afirmado en una entrevista radiofónica que la madre del gendarme le pidió que le entregara a su hijo una carta por Navidad, una acción que se ha interpretado como un intento de «humanizar al régimen» venezolano.
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